Somos invadidos diariamente por toneladas de información que nos absorben y distraen, haciendo de la procrastinación un hábito cada vez más común.
Para superarlo, la naturaleza nos ofrece unos pequeños aliados de los que podemos aprender si queremos mejorar nuestra productividad. Estos aliados son las abejas.
Esos pequeños insectos voladores creadores de la preciada miel, se dividen en tres tipos: obreras, zánganos y reina. Aquí haremos un zoom-in para ver de cerca a esta reina y escudriñarle un poco su estilo de vida.
Empezamos por ver que todas las abejas hembra son reinas en potencia. Lo que hace que unas lleguen a serlo es la alimentación que reciben. Solo unas pocas escogidas son nutridas con jalea real, que incrementa el desarrollo de su aparato reproductor, haciéndolo de mayor tamaño y capacidad reproductiva que el del resto de las abejas. Y este es el órgano principal de la reina, ya que es la madre de toda la colmena.
Una vez que se desarrollan, la primera que sale del capullo debe realizar ciertos trabajos sucios para preservar el orden jerárquico, lo que implica acabar con su competencia ¿Quién ha visto un reino con varias reinas?
Ahora que es la única reina, aun la colmena no la reconoce. Entre ellos la llaman ‘reina virgen’, algo así como la princesa. Así que para tomar el mando debe realizar el único vuelo de su vida: el vuelo de apareamiento. Así obtendrá la ‘materia prima’ de diversos proveedores, la cual acumulara en su cuerpecito e irá administrando a lo largo de su vida, la cual dura entre 3 y 5 años aproximadamente. Esta materia prima la utiliza para reproducir los huevos, alcanzando a poner diariamente más de mil quinientos.
Tan alta producción mantiene ocupadas y concentradas a todas las obreras, quienes se encargan de proveer el alimento y cuidados a la reina y el resto de la colmena. Cuando esta producción supera el espacio físico, la reina planifica su retirada para crear otra colmena en otro sitio y se lo manifiesta a su equipo por medio de feromonas. Lo mismo sucede cuando la reina se aproxima al final de su ciclo vital. El resto de la colmena lo percibe gracias a las feromonas emanadas de la reina e inician el proceso de crianza de las posibles sustitutas, asegurando de esta manera la continuidad de la colmena.
¿Qué podemos aprender de la abeja reina?
En nuestra vida profesional y de negocios, nos anima a ser más productivos, utilizando herramientas como la planificación, el enfoque, la administración de recursos y la capacidad de liderazgo. Existe el llamado “Síndrome de la Abeja Reina”, el cual se refiere a mujeres dominantes en altos cargos, que involucran en su equipo de trabajo, en su mayoría a hombres, y buscan sacar del juego a cualquier mujer que intente destacar, sea porque llame la atención físicamente, por sus ideas, por su carisma o su profesionalismo.
Por otro lado, la abeja reina nos invita a acumular enseñanzas espirituales de diversas fuentes. Escoger las fuentes que más nos inspiren y que se acoplen mejor a nuestro modo de vida. Nutrirnos de ellas, asimilarlas y utilizarlas en la vida diaria para nuestro crecimiento personal y espiritual.
E.T.