Día y noche tienen hoy igual duración.
Es tiempo de cosecha y de dar bendición.
Agradecemos por aquello que hemos logrado
y por lo que aún no hemos alcanzado.
Los árboles cubren sus hojas de oro,
luciendo el paisaje como un gran tesoro.
La Madre Natura una vuelta más da,
al igual que nuestro propio ciclo vital.
Afuera y adentro preparémonos ya
para cuando arribe la noche invernal.
Pues el día en que la luz cede el trono ha llegado,
legando a la sombra su nuevo reinado.
E.T.