¡Oh croissant de mi vida!
¡Oh croissant de mi corazón!
¡Me llenas de gozo con tu aroma sabroso!
Tu dorada costra
rellena mis ojos con un vívido anhelo.
Me eleva a nostálgicos años de infancia,
cuando con mi madre iba a comprarte.
Pronto llegabamos a la panadería,
y por todos lados tu fragancia había.
Y cuando mi madre la bolsa tenía,
rápidamente la cogía yo al vuelo,
para probar un caliente y rico cachito del cielo.
E.T.